Pues sí, esa palabra, que debe servir para aplicársela a un tornillo, una tuerca, o algo similar, es lo que en las empresas se usa para exigir a las personas, que consigan que otras, hagan algo. Lo malo, es que los directores están acostumbrados a exigir hacerlo, sin pararse a pensar si se puede.
Y así pasa, que de ser útil, cuando un proyecto va mal y con un apretón del equipo, puede salir adelante, pasamos a apretar siempre, por lo que los empleados, cada vez sienten menos esa presión, y, al final, no tiene ningún efecto.
De hecho, nos pasa muy a menudo, avisas que algo no se podrá hacer, cuando en seguida llega un director, precisamente a apretar y claro, teniendo claro que no se puede hacer y que se aprieta, sin ton ni son, lo que optas es por no discutir, dejando pasar los días, para que al final llegue el día y como vaticinabas, no esté hecho, te llevarás una buena bronca, pero por lo menos, hasta ese día, habrás estado tranquilo, no aguantando a alguien permanentemente incordiando, para que esté hecho, algo imposible.
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