Es asombroso, cada día más, cómo un consultor, como si de un encantador de serpientes se tratara, habla a un auditorio, embelesándoles hasta conseguir su objetivo. La pena de esto, es que el objetivo que un consultor es el suyo, no el mejor para la compañía, a la que está embelesando con sus artes.
Y es así, en muchas ocasiones lo hemos visto, empresas con sus procesos productivos más que claros, cuando llega un consultor, que empieza a hablarles de la bonanza de hacer algo que nada tiene que ver con su negociado, pero que les augura un futuro mejor, cuando realmente a quien sí le augura un futuro mejor es al consultor y la tropa que trae detrás.
Lo malo de esto, es que a las empresas, por desgracia, no les dan muchas opciones, ya que las serpientes a las que encanta, son escogidas con mucha cautela, ya que no todos somos sensibles a sus encantos y esos, ya se buscan las vueltas para que no estén, o en caso de estar anularles, de modo que el encanto sobre el resto funcione.
Y así tenemos muchas empresas, gobernadas por consultores, que se encargan de cobrar a base de servicios "profesionales" de terceros, obviamente afines a ellos, los cuales hacen trabajos, que el consultor se encarga de vender, de manera que se cierre completamente el círculo.
Si los identificáis, no os dejéis tentar y decir claramente lo que pensáis, ya que nadie mejor que vosotros conoce, vuestra empresa y mucho menos vuestro trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.