Cuando se está realizando un proyecto, es fundamental tener el control absoluto del proyecto, en todas sus partes, por el equipo encargado de su desarrollo y puesta en producción. Pero en las grandes compañías, que todo lo tienen estructurado en cientos de departamentos, con un celo enorme a entregar el acceso a ciertos sitios y con poca proactividad, ya que son cuello de botella y se aprovechan de ello, lo tratan todo de la misma forma y el intentar implantar un proyecto, desde cero, es poco menos que misión imposible.
En muchas ocasiones hemos explicado nuestra forma de entender los proyectos, en las que el equipo que desarrolla, que es quien realmente conoce en profundidad el funcionamiento del software, debe tener un control, tanto del desarrollo, como de la implantación y producción. De manera que cualquier fallo sea posible detectarlo y solucionarlo en muy poco tiempo. Sin embargo, no suele ser así, todos pasan por las diferentes áreas y las urgencias no lo son, hasta el momento en que alguien se juega algo, o se ve que la empresa puede salir en los medios. Y, sinceramente, no debería ser así.
Así que si en tu empresa, tienes poder para cambiar las cosas y ves que todo se eterniza, que lo que necesitas no se hace en un momento y que siempre están las mismas personas/departamentos, implicadas en las conversaciones, tenéis un problema que hay que solucionar y esa solución debe pasar, sí o sí, por los que están desarrollando.
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