Cuando en las empresas se acostumbra a que todo es urgente, que nada puede esperar y que siempre hay que estar, por si surge algo, llega un momento en que cuando un empleado, necesita hacer algo, como una boda, tener un hijo, una operación, en definitiva, algo que te llevará, sin posibilidad de cambio, a faltar unos días, sea muy complicado acertar con el día. Y claro, cuando por fin tomas la decisión, bien porque hay más personas implicadas y te obligan a hacerlo, o bien, porque necesitas hacerlo por temas de salud, resulta que realmente es el peor momento, no debes alargar la baja, etc...
Si a eso, le sumas, que a partir del día 20, en el caso de la baja médica, a la presión de la empresa, se suma la presión de la mutua que tiene la empresa y que se hace cargo de tu baja, citándote para ver si realmente estás mal, o tienes más cuento que calleja, es cuando piensas, lo que hemos puesto en el título, es imposible planificar nada.
Pues no es así, y no debes sentirte así, porque quien tiene el problema es la empresa, por estar permanentemente tratando todo como urgente. Los proyectos, tienen que tener su vida y siempre hemos dicho, que hacerlo todo urgente, a lo único que lleva es a que nada es urgente y a que los empleados, se lo tomen todo con calma y dejen de tener presión, incluso, cuando realmente debería existir.
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