Las radiaciones

Hay muchas personas que están convencidas que hay radiación, en absolutamente todo lo que les rodea y no les falta razón, ya que casi todo lo electrónico emite radiaciones, el móvil, el microondas, los router, las antenas de telefonía, en fin, casi todo lo moderno. Y claro, en casa, para reducir esta radiación, dejan de usar el microondas, apagan el router, salvo que lo necesiten, hablan por el fijo, en lugar del móvil, en definitiva, reducen las radiaciones en lo que pueden.

Y luego, vemos los avances que tenemos y todo se enfila en poner más radiaciones en nuestra vida, por ejemplo, los relojes inteligentes, que nos miden las pulsaciones, se conectan por bluetooth, con el teléfono, en definitiva, generan más radiación, bien cerca de nuestro cuerpo.

Pero, ¿realmente son tan malas? La verdad es que no encontramos estudios que lo certifiquen, que no tengan su homólogo, que lo contradice, por lo que no sabremos si realmente son tan malas y los efectos que tendrán nuestra vida. Lo que sí tenemos claro es que cada vez vivimos más años, y antes, no tenían tanta radiación alrededor, por lo que tan malas no pueden ser. Y el intentar reducir en lo que esté en tu mano la radiación que recibes está bien, pero por ejemplo, en el caso del router, que tú lo apagues, cuando a tu alrededor tienes a todos tus vecinos sin hacerlo, poco te van a ahorrar.

Nuestra impresión, es que poco podemos hacer para evitarnos de las radiaciones, sobre todo, porque las que más emiten, son las antenas, radares y demás artilugios, que no dependen de nosotros y esos, seguirán ahí. Si queremos ser más naturales, la única opción es volver a las cavernas, en un lugar remoto, donde estaremos pocos comunicados con el exterior y así nos aseguramos que no tenemos esos peligros, pero nos perderíamos muchas cosas, que la tecnología, con todas sus radiaciones, nos trae. No nos obsesionemos, ni son buenas, ni son tan malas como las pintan.