En las empresas, se empeñan en seguir al pie de la letra los protocolos y canales establecidos, para cualquier cosa. El problema es que, en muchas ocasiones, esos protocolos y canales, no son nada eficientes, por lo que cuando corre realmente prisa, seguirlos implica no llegar a tiempo.
Para nosotros, ser eficientes es un grado, y si eres capaz de implantar algo, con calidad en menor tiempo, saltarse los protocolos, está más que justificado. Con esto no decimos que no documentemos y que dejemos todo mal hecho, ni mucho menos, pero si para un paso, necesitas tener relleno un formulario, que lo firme el cliente y el gerente de la cuenta, por triplicado, preferimos dar el paso y ya haremos la burocracia en otro momento.
Pero, por desgracia, en muchas empresas, se empeñan en primar a la burocracia, frente a la construcción, lo que hace que los proyectos se eternicen y no se acaben en condiciones nunca. Por eso, siempre decimos, que al hacer cualquier cosa, antes que las normas está el ser humano y la cabeza que ponga al desarrollo. Si se aplica la inteligencia, en lugar de los canales y protocolos, los proyectos, en su mayor parte, irían como la seda.
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