Cuando alguien se molesta con algo que hace otra persona, normalmente deja de escuchar, por lo que su molestia va en aumento. Y es que, saber escuchar, es fundamental, para resolver conflictos.
En cualquier conflicto, hay dos partes implicadas, cada una con una versión de los hechos y por lo tanto, cada una con sus razones para no estar a gusto con la situación. Pero si ambas partes se escuchan, la resolución del conflicto está asegurada, ya que, antes o después, llegarán a algún tipo de acuerdo, que les permitirá seguir adelante en el propósito que estén llevando a cabo.
Pero claro, como también hemos dicho muchas veces, el egoísmo del ser humano es tremendo y por lo tanto, dar el brazo a torcer es de débiles por lo que no se hace, no se llega a entendimiento y al final, la discusión estará asegurada.
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