En los proyectos, en muchas ocasiones, la dirección, en lugar de fiarse de los técnicos, que son los que conocen realmente las tripas del proyecto, se fían de las metodologías, lo que hace que pasen por alto las cosas importantes, para fijarse (y mucho), en las superficiales, que son las que se pueden medir y que nos ofrece la metodología.
Esta, en nuestra opinión, obsesión, lleva irremediablemente a tomar decisiones erróneas y con ello, a darse cuenta, demasiado tarde, de los problemas importantes, de manera que ponerles remedio será mucho más complicado.
Aún así, vuelve a salir otro proyecto, y cometen, exactamente el mismo error, y así, se hagan los que se hagan. Para nosotros, los máximos responsable de esto, además del directivo, que es el que toma la decisión como tal, es de los "malos consultores", que son los que establecen las metodologías, tan cerradas, que dan poco margen de maniobra, para salirse del ellas.
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