Sobre todo en el mundo político, pero también en los trabajos, familia, amigos, etc... se juega, en exceso, con la información privilegiada. Lo malo es que, en lugar de hace un uso constructivo de la misma, hacemos un uso destructivo, para intentar llevarnos, lo que sea, a nuestro terreno.
Como hemos dicho al inicio, el ejemplo de los partidos políticos es el más descarado, ya que cuando uno gobierna, maneja toda la información, ya que la tiene a su disposición y luego, cuando deja de gobernar, tiene la información y con ello, la posibilidad de echarle en cara al contrario, que haya (o no haya) hecho ciertas cosas, que, si bien es cierto que las tenía que hacer, también es cierto, que no tenía la información para hacerlo. Incluso, cuando una de las partes se lleva dinero, luego tiene la cara dura, de preguntar al nuevo gobierno, por ese dinero que ellos se llevaron.
Y la verdad, hacer eso, es muy peligroso, ya que te pueden pillar y con ello, toda tu estrategia se irá al traste, además de echar por tierra el prestigio que pudieras tener. Nuestra recomendación, ante la información privilegiada, es compartirla, ya que,cuántos más conozcamos la información, más opciones de encontrar los fallos, los problemas, etc... intentando llevar a buen puerto lo que sea que hagamos.
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