Y no hablamos de lo típico, el préstamos que nos hace un banco para comprar algo, hablamos de los préstamos de cosas, coches, teléfonos, casas, lo que sea. El caso es que, cuando nos dejan algo, lo que sea, tenemos ese miedo a que le ocurra algo, que nos obligue a tener que pagar algo, en concepto de daños y perjuicios, por lo que, estando contento porque tienes algo que no tenías y te apetecía tener, pero a la vez, estás preocupado, por lo que pueda pasarle.
Es cierto que no es algo que le pase a todo el mundo, de hecho, mucha gente, cuando le dejan algo, estiman que se lo dejan con todas las consecuencias, lo que hace que no repare en usarlo y disfrutarlo, en muchos casos, peor que si fuera suyo, ya que da por hecho, que el que lo deja, entiende que no volverá igual que se fue.
Pero salvando esas personas, que aunque son muchas, creemos que son muchas menos que las que nos agobia que le ocurra algo al bien que nos prestan, el resto lo pasamos mal, en algunos casos, hasta el punto de no querer pedir nada prestado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.