Uno de los grandes problemas, cuando nombras a un director es que tenga corazón. Por un lado es muy bueno, porque es comprensivo con los empleados, intenta que todos se lleven bien, lo que fomenta el equipo que tanto recomendamos y además, suele ser calmado, lo que en las negociaciones, juega a su favor. Pero claro, si se pasa de corazón, al tomar decisiones, puede dejarse llevar por él y comenten errores.
A la hora de tomar decisiones, lo importante, es estudiar, dejando el corazón a un lado, las alternativas y elegir la mejor de todas. Por eso, si quien va a tomar las decisiones, tiene demasiado corazón, puede ocurrir, que tome decisiones, que no sean la mejor para la empresa, lo que nos perjudicaría.
Así que a la hora de elegir a un director, valora positivamente que tenga buen corazón, pero que no se pase, ya que te encontrarás con los problemas que hemos contado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta lo que quieras, pero no lo uses para hacerte publicidad, o el comentario será eliminado.