En muchas ocasiones, cuando tus hijos, amigos, compañeros, subordinados, jefes, en definitiva, todo el que te rodea, intenta marearte con lo que sea, es bueno enfadarse. Dice el refrán "más vale una vez colorado, que ciento amarillo" y no puede ser más cierto.
Si siempre que te dicen algo, lo haces sin rechistar y te cabreas tú mismo, lo único que vas a conseguir es eso, estar mal contigo mismo y el que tienes enfrente, seguirá "abusando" de ti. Ahora bien, si cuando realmente crees que las cosas no están bien, lo dices, y haces ver al que tienes enfrente tu malestar, casi con toda seguridad, su actitud ante ti, cambiará.
En el caso de hacerlo en el trabajo, con un superior, puedes pensar que te pueden echar, pero podemos aseguraros, que si trabajáis bien, abroncar a un superior, podrá enfadarle a él, pero en muy contadas ocasiones echará al empleado que le abronca con razón.
Así que, aplicar el refrán y poneros colorados más a menudo, seguro que vuestras relaciones funcionarán mucho mejor.
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