En no pocas ocasiones, cuando desconoces algo, vives más tranquilo, ya que ese desconocimiento, hace que no te preocupes por él. Sin embargo, en la sociedad en que vivimos, estamos empeñados en conocer todo, o lo que es peor, hay personas que quieren saberlo y luego lo pregonan a los cuatro vientos. Con eso, lo único que consiguen es que, no sólo estén fastidiadas ellas (que por otro lado se lo merecen, por buscar lo que no es necesario), además, fastidian a todo aquel a quien informan.
Hay muchas cosas, que no se deben contar, a no ser que sea estrictamente necesario, ya que, en muchos casos, lejos de aportar, lo único que consiguen, es empeorar las cosas. Se nos ocurren cientos de ejemplos, como el de un proyecto que no va bien y el equipo lo sabe, de hecho, intenta salvar la situación y, de repente, el director, lo escala. A partir de ahí, la dirección se asusta, porque tiene un dato que desconoce y sólo se le ocurre, presionar más al equipo. Por lo tanto, lo único que se consigue es tensar más aún, un equipo que ya estaba tenso.
Por eso, cuando tengas problemas, haz un análisis, ten clara la solución y haz una buena explicación a tus superiores, así, ellos estarán tranquilos porque todo está bajo control y todo saldrá bien.
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