Cuando estamos en cualquier sitio, lo más importante es que lo ue digamos, lo hagamos, de no hacerlo, nuestra palabra carecerá de valor, lo que nos perjudicaría. De ahí que antes de contestar cualquier cosa, debemos analizar lo que decimos y asegurarnos, que no nos equivocamos, de esa forma, siempre daremos una respuesta buena, meditada y lo que es más importante que se pueda llevar a cabo.
Sin embargo, hay muchos que dicen que sí a todo, lo que les obliga a desdecirse en muchas ocasiones y en otras muchas más a tener que hacer cosas con las que no contaba. Al final, se trata de lo mismo, cumplir tu palabra, pero diciendo las palabras sin cabeza, lo que te lleva a no cumplir.
Por lo tanto, piensa mucho lo que dices, antes de decirlo y, en caso de no esté seguro, no te pronuncies, déjalo pasar y ya te tocará pronunciarte, cuando tengas todos los datos.
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