Hoy damos título a esta entrada, con una frase que saca de quicio a más de uno. Y es que, cuando en el trabajo hay algo, que parece sencillo de hacer, no hay nada peor, que te llame alguien, y te la suelte, así, sin pensar. Luego, te pones a hacer lo que supuestamente es tan sencillo, y te das cuenta que no es así, de hecho es complicado, probablemente salga mal y el de la idea te dirá que cómo pudiste hacerlo mal.
Para estos casos, siempre decimos lo mismo, que el que no lo intenta, no lo hará mal, sin embargo se buscará las vueltas, para culpar a alguien. Por eso, cuando vemos que alguien nos va a meter en un marrón, nosotros, si podemos evitarlo, nos salimos por la tangente y le dejamos con las ganas, porque así, si es él el que se ha comprometido, que se saque las castañas del fuego solo, pero que no nos involucre, para, en caso de salir bien, apuntarse la medalla y si sale mal, pregonar lo torpes que somos.
Por lo tanto, si alguien os suelta esa frase, responderle con un alto y claro: ¡ADELANTE, HAZLO!
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