Uno de los problemas, a la hora de tomar una decisión, es tener valor. Siempre hay escenarios que aparentemente son más favorables, sin embargo, a la larga, pueden ser un fracaso. Por eso, tener valor, hará que tomes decisiones arriesgadas, que, en muchos casos, serán las correctas. Como decíamos el otro día, si no lo intentas, no lo conseguirás.
Hay casos muy claros y otros no tanto, pero lo que sí es determinante, es que no te tengan atrapado. Si alguien te tiene atrapado, en un trabajo, obviamente, sería la posibilidad de perderlo, entonces, tomar una decisión, estaría condicionado, a evitar esa pérdida y claro, no tomarás la decisión correcta.
Siempre debes pensar, aunque parezca una locura, como si no te fuese a pasar nada. Nosotros lo vemos como el dicho sobre los perros, que huelen tu miedo y se aprovechan de ello, para que recules, sin embargo, cuando les demuestras que no lo tienes, y te abalanzas sobre ellos, recularán. Así es como tenemos que ser, ir hacia adelante con nuestras ideas, siempre que estemos convencidos que son las correctas, al final, seguro que sale todo a pedir de boca, porque cuando vas con la convicción, poco frente podrán hacerte.
En definitiva, todo se resume en "tener valor".
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