Es muchas ocasiones, vemos algo que está roto y nos liamos la manta a la cabeza, para arreglarlo. Y en casi todas las ocasiones, el arreglo no es tan sencillo como aparenta.
Casi siempre que algo está roto, para solucionarlo tenemos que "destapar" la avería. En el caso de electrodomésticos, desarmarlo hasta encontrar qué ocurre, por ejemplo. Pero claro, al "destapar" (y en algunas ocasiones sólo al intentarlo), nos damos cuenta que la avería sencilla, no lo es tal y toca cambiar más de una pieza, que pensabas que no daban problemas.
Por eso, cuando no eres excesivamente mañoso, el intentar arreglar algo, suele llevar asociado, que ese algo deje de funcionar del todo, y con un poco de suerte, las herramientas que utilices puede que sirvan para otra vez, que el muchos casos, hasta eso sufre daños.
Así que si te vas a aventurar a solucionar un problema, piensa antes si de verdad quieres meterte en el lío, o es mejor que llames a un profesional.
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