Es curioso que cuando crees que algo te gusta, a veces piensas si realmente es así. Por aterrizar la idea con un ejemplo, te gusta cocinar, pero eres incapaz de gestionar uña menú semanal. Esa carencia, te hace plantarte si te gusta realmente cocinar. Pero claro, si cualquiera te pide que hagas un menú, el que sea, lo haces con mucho gusto, porque te encanta cocinar. Pero, ¿de verdad te gusta cocinar?
El ejemplo de la cocina es uno de muchos, pues ocurre lo mismo al programar, al arreglar un coche, en definitiva, cualquier cosa que te guste hacer, cuando toca pensar qué hacer, entonces, no te encuentras agusto. Podemos asegurarte que te gusta hacer lo que haces, pero nunca como algo obligado, por eso, a veces dudas. Es como los futbolistas, les gusta el fútbol, pero cuando tienen que hacerlo a la hora, minuto y segundo que les dicen, quizá no tanto.
Por eso, disfruta de todo lo que te guste, haciéndolo de la mejor manera que sepas, y cuando te toque hacerlo por obligación, disfrútalo igualmente, porque es mejor trabajar haciendo las cosas disfrutándolas, que a regañadientes.
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