Cada vez estamos más acostumbrados a que tenemos un montón de desechos y que debemos exigir que se cumplan, porque para eso pagamos impuestos, para eso votamos, para eso trabajamos, y una infinidad más de "para esos", que hace que tengamos esos derechos adquiridos.
Lo que no nos damos cuenta, es que esa actitud es más propia de un niño, que de una persona madura y por eso, igual que a los niños, los mayores tenemos que asumir que las cosas se nos nieguen, porque no todo son derechos, también hay obligaciones, que son las que debemos cumplir, para exigir esos derechos.
Pero a la hora de asumir negativas somos pésimos, ya que consideramos que tenemos un derecho y no nos lo pueden negar, pero claro, si no ha cumplido con la obligación previa, que no sólo es pagar, votar, trabajar,... entonces pierdes el derecho.
Así que pensar mucho antes de exigir, porque quizá no debamos exigir tanto y sí dar un poco previamente, para luego, con todo cumplido, poder exigir en condiciones.
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