Ayer tuvimos la "suerte" de volver a tener un debate de investidura. Y nosotros nos preguntamos, ¿para qué? Está claro que el objetivo es que alguno de los diputados, cambie su voto, porque lo que dice el candidato le convenza, pero, ¿realmente es así?
En nuestra opinión el que está harto es el que escribe la charla que sueltan, porque sinceramente, nadie se cree que sea cosa de quién habla, de ser así, sería un debate mucho más natural y sin leer tanto. Además, todo lo que cuente, de poco sirve, cuando son los partidos y su disciplina de voto, los que obligan a hacer a los diputados, lo que se les mande.
Por lo tanto, salvo que el PSOE, deje que alguno de los que discrepan con su amado líder, haga lo que le plazca, iremos a varias sesiones de investidura fallidas e irremediablemente a unas terceras elecciones. Y si eso es así, que lo es, porqué tanto rollo con los debates que no llevan a ningún sitio.
Vaya pena de política y de políticos que tenemos, que se vayan, ya que fracasaron la primera vez y vengan cuatro nuevos, para ver si cambia en algo la canción.
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