Alguna vez hemos comentado, lo que aprovechan las empresas el miedo a que pierdas el trabajo, para apretarte más de la cuenta. Con algunas leyes que van saliendo, respecto al acoso laboral, se van relajando las cosas, pero el miedo es libre y sigue ahí.
Hemos titulado la entrada, "vivir permanentemente con miedo" y lo hemos hecho, porque no podemos estar así. Ya no es sólo el miedo en el trabajo, es el miedo a que tus hijos no te respondan, a que tus compañeros no te acepten, a que tu pareja no te entienda, en definitiva, miedo prácticamente a todo.
Nosotros, al muchos muchos del equipo, hemos aprendido, o al menos lo practicamos (o lo intentamos), a vivir sin miedo y es que si alguien te amenaza con echarte, no tengas miedo, ya saldrás adelante y ese positivismo hace dos cosas, una, que no te echen, porque saben que te da igual y dos, que cuando ocurra, estás en una disposición muy positiva para encontrar otra cosa.
Por lo tanto, no vivas con miedo, lo que tenga que pasar, va a pasar, hagas o no hagas nada. Procura, eso sí, estar con la conciencia tranquila, como se suele decir, que puedas dormir tranquilo y con eso, el resto, os aseguramos, vendrá solo.
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