Cuando un amigo te pide algo, mueves Roma con Santiago para conseguírselo y está bien, ya que para eso es tu amigo. Lo que ya no está tan bien, es cuando eres un cargo público y usas tu cargo, para favorecer a un amigo. Si eres un cargo público, lo que tienes que hacer es tratar a todos por igual, sean o no amigos, por lo tanto si un amigo te pide que le tales un árbol, no debes hacerlo si esa tala implica que a otro le moleste, o si no es necesario hacerla.
Pero casi siempre, el ser humano, que es egoísta por naturaleza, como hemos dicho muchas veces, sólo piensa en él y lo que rodea, dentro de lo cual están los amigos, a los que, desde tu cargo, favorece. Por eso, si decides dar el paso hacia un cargo público, debes tener claro que los amiguismos se acaban ahí y tienes que hacer tu función, para toda y cada una de las personas, de las que eres responsable.
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