Siempre hemos pensado que los enfados son cosas de niños, que por cualquier tontería se enfadan se van aun rincón y no quieren hablar con nadie. Luego van creciendo, entran en las redes sociales y siguen o dejan de seguir, según estén o no de buenas con los amigos. Y por fin se hacen adultos y siguen haciendo la misma tontería de seguir o no hacerlo, según estén o no enfadados.
Y la verdad, cuando eres un niño, es comprensible, pero cuando eres adulto, cuando tienes la capacidad de hablar con el que te enfadas, ¿por qué no lo haces? ¿por qué no le pides explicaciones? ¿por qué te coges la rabieta de un niño y dejas de seguirle o le bloqueas?
La verdad es que cada vez vemos una sociedad más infantil, que no llega a la madurez y que quiere que todo se lo den hecho, bien sea la comunidad del vecinos, la junta de distrito, el ayuntamiento, la comunidad o el estado, el caso es que no se tenga que mover un dedo y nos den todo hecho y así, vamos muy mal.
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