En los equipos, hay algo que es muy recurrente y es que todas las personas que están menos implicadas, opinan sobre todas las cosas que se hacen reunión tras reunión, de hecho, casi siempre, todas las personas que dan esas ideas, suelen llevar con ello, las soluciones que se deben aplicar y se ofrecen a ser parte activa, ya que no se les pide nunca ayuda. Ahora bien, cuando desde la parte del equipo que trabaja, se pide ayuda e implicación, a las que decían que se necesitaban esos cambios y querían implicarse, es cuando estas personas se dan mus, y no empujan para llevarlas a cabo.
Por lo tanto, volvemos a lo que dijimos al empezar el artículo, en la siguiente reunión vuelve a salir el mismo problema, que nunca se resolverá. Y aquí es donde insistimos en lo que debe hacerse, y es hacer equipo de verdad, forzando la implicación de todas las partes y consiguiendo que todos, sean parte del mismo, de manera que ya no puedan criticar lo que se hace, pues están metidos en ello.
Así que, una vez más, sale a relucir la importancia de ser equipos cohesionados, en los que todos sus integrantes no se sientan menos que otros, consiguiendo, en definitiva, que todos remen en la misma dirección.
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