El carácter del moderador de las reuniones es fundamental para el desarrollo de la misma. Cuando uno es conciliador, le gusta hablar y escuchar, gestiona los turnos y demás, puede ocurrir que le tomen por el pito del sereno y se desmadre la reunión. Por contra, si eres dictador, entonces nadie hablará, se hará lo que tú digas, pero no será nada productiva.
Por eso, como todo en esta vida, en el medio está la virtud, debes llevarla en plan conciliador, siempre que eso no te lleve a que alguno te tome el pelo, momento en que debes sacar la vena dictadora y cortar de raíz ese comportamiento, ya que, de otro modo, te reventarán la reunión y tampoco sería productiva.
Es un papel muy complicado, el de moderar, pero cuanto te toque, si quieres sacar provecho a la reunión, debes conseguir que todos hablen y con ello, obtener diferentes puntos de vista, que serán los que enriquezcan la solución que saquemos de la reunión.
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