En la empresa, cuando cambias de jefes, debes tantear cómo son y nunca, repetimos, nunca, debemos agobiarles con cosas del pasado. Es una pena, pero al tener nuevos jefes, para ellos partimos de cero y tenemos que demostrarles que somos los mejores, para conseguir aumentos de sueldo, de categorías, mejoras en el trabajo, es decir todo.
Hay un refrán que dice, "alguien vendrá que bueno me hará" y cada vez comprobamos que ese refrán es cierto, pero no por culpa del que viene, si no por culpa de lo que se agobia a los nuevos con cosas antiguas, que ni entienden, ni tienen por qué hacerlo, lo que lleva a que para los que están se vean más perjudicados que lo que les perjudicaban los anteriores, sin darse cuenta que son ellos mismos, los que se están anulando, en lugar de demostrar que son los mejores y que los nuevos, que llegan sin prejuicios, puedan darles lo que quieren.
Pero una vez más, pensamos, gracias a nuestro egoísmo, que todo lo que nos rodea debe darnos lo que no nos han dado antes, por los méritos anteriores, sin demostrar a los nuevos, nada. Así que, como ya hemos dicho, de nuestra actitud depende, que alguien nuevo, confíe en nosotros y nos de la posibilidad de tener lo que queremos.
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