Siempre hemos dicho que cuando queremos en una empresa, que alguien tome mayores responsabilidades en el departamento, se le debe dar el ascenso y luego exigirle que cumpla con las nuevas funciones de su cargo. Pero muchas veces, a quien de forma natural le tocaría ese ascenso, no te da la seguridad que sea capaz de asumir ese cargo e intentas que te demuestre que se lo merece, antes de dárselo. Esta doble forma de pensar, hace que se dé de bofetadas, el dar un ascenso a alguien, para luego exigirle, con el que demuestre que se lo merece (exigiéndole en parte algunas de las funciones), antes de dárselo.
Pero es cierto que, moralmente, no puedas exigir a alguien funciones que no tiene, sin antes darle el puesto. De ahí que quizá la forma de hacerlo es darle la vuelta a la tortilla, dándole el puesto, pienses lo que pienses de su capacidad y revisar ese desempeño, de manera que pueda perder el puesto en cuanto no funcione.
Al final se trata de conseguir más trabajo y de mejor calidad, por lo que es fácil revisarlo, y por lo tanto hacerle perder el cargo, en el momento que no funcione como esperas, por lo que podrás exigir desde el primer momento, cosa que de hacerlo al revés no podrás hacerlo.
Son situaciones complicadas, que se deben afrontar y tomar decisiones, nunca son fáciles, pero es cierto, que no se deben demorar demasiado o puedes tener en los departamento situaciones insostenibles, de brazos caídos al no tener el personal asociado el cargo que desempeña, antes de exigir las responsabilidades de dicho cargo.
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