Cuando vemos a mucha gente que cuando se jubila, sienten que les falta algo, siempre pensamos que esa persona, vivía para trabajar y ahora, le va a costar encontrarse en esa nueva situación, para la que paradójicamente, llevaba preparándose toda la vida. Y es que, por norma general los que viven para trabajar, lo hacen porque quieren tener una jubilación tranquila y sin problemas y no se dan cuenta, que no tienen diversiones fuera del trabajo, salvo las vacaciones y algún festivo, pero nada permanente.
Y por otro lado, están los que trabajan para vivir, viven al límite, de alquiler si es posible, ahorrando poco y trabajando lo justo para poder pagar las cosas. Pero claro, llega la jubilación y tienen poca pensión, no tienen ahorros y tienen que seguir pagando el alquiler y la vida. Es el caso opuesto, que tampoco es tan deseado.
Por eso, como decimos siempre, en el centro está la virtud, hay que intentar tener un trabajo en el que te paguen suficiente como para tener en el futuro una buena pensión (si es que la tenemos) y además, intentar comprar una casa, para no tener un gasto fijo después y eso sí, trabajar lo necesario para mantener tu vida tranquila, sin necesidad de cambiar de coche cada poco, o de casa, simplemente teniendo dinero para mantenerte. De ese modo, disfrutarás de todo y cuando te jubiles (si tienes la suerte de llegar), podrás seguir disfrutando más, de lo que ya disfrutabas, cuando trabajabas sin matarte.
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