Hablamos muchas veces del trabajo en equipo y la importancia de hacerlo, para poder conseguir de manera mucho más eficaz, los objetivos perseguidos. Sin embargo, casi siempre nos centramos en los departamentos, o en los proyectos, para definir el equipo. Ahora vamos un poco más allá y es que la empresa, como tal, es un equipo, que debe perseguir la consecución de los objetivos de la empresa.
Y diciendo esto, lo que queremos que se tenga en cuenta es que más allá del proyecto en el que estemos involucrados, de los equipos que estén en torno a ese proyecto, que deben comportarse como un sólo equipo, tenemos el proyecto empresarial y por lo tanto, cualquier cosa que la empresa quiera conseguir, debemos ayudar todo lo posible en su consecución, independientemente que estemos en ese momento en el proyecto que la empresa priorice o no.
Con esto, lo que queremos decir es que si la empresa nos necesita, para conseguir el objetivo que la dirección pretende lograr, debemos dejar de lado nuestro proyecto, para volcarnos en el otro, mientras el nuestro no sea prioritario. Con esto no queremos decir que debemos abandonar nuestro proyecto, pero sí empujar al otro para que salga, advirtiendo a la dirección que el nuestro se retrasará, para que sea consciente de ello. En definitiva, las prioridades se marcan desde arriba y el resto, sencillamente, como equipo que debe ser, tiene que apretar para que salga todo adelante.
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