Es impresionante como hay gente a la escuchas hablar de las maravillas de vivir cerca del campo, de poder salir a pasear por los caminos, de disfrutar del aire puro,...pero a la vez, cuando llegan a esa casa, que está cerca de ese maravilloso campo, automáticamente se quejan de las hormigas que le entran en casa, de las moscas veraniegas, de los mosquitos,...además, exigiendo al ayuntamiento de turno, que fumigue todo, para cargarse, todo lo que alaba al principio.
Es muy cierto que es maravilloso vivir cerca del campo, pero tiene las otras "contraprestaciones", por otro lado, perfectamente controlables, dentro de tu casa, pero exigiendo que te "cargues", todo lo que hay fuera. De hacer eso, en poco tiempo, el campo que tanto gusta dejará de existir, porque todos esos "bichos", que tan poco te gustan cerca de tu casa, son necesarios para mantener vivo todo lo que hay fuera.
No seamos cínicos, si nos gusta el campo nos tenemos que aguantar con el resto de cosas, de no hacerlo, es porque no nos gusta tanto como decimos y quizá deberíamos valorar vivir en una gran ciudad, con su asfalto, su contaminación, sus ruidos y, eso sí, sus pocos "bichos" cerca de casa.
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