Cuando alguien necesita algo de otro, le importan bien poco las circunstancias por las que el otro esté pasando y si es razonable o no, él quiere lo suyo y lo quiere ya. Es el egoísmo del que tantas veces hemos hablado. Sólo pensamos en nosotros, sin importarnos lo que sucede alrededor. Pero estar así, y exigir de esa manera, no te va a dar lo que quieres, porque en muchas ocasiones, no es posible hacerlo y te guste o no, te vas a quedar sin ello.
A nuestro parecer, esto va a empeorar, ya que hoy en día a los jóvenes se les da de todo. Y es normal, porque siempre los padres intentan mejorar lo que ellos no tuvieron. Y claro, cada generación ha mejorado con respecto a la anterior, pero llega un momento en que poco o nada se puede mejorar y entonces, se recibe todo, no falta de nada y a eso, es a lo que estamos acostumbrados, por lo que nos cuesta recibir un no, cuando tienes que recibirlo.
Y cerramos con el brindis al sol habitual, tenemos que evitar crecer siendo una sociedad egoísta, educar a los niños en el compartir, en que hay cosas que necesitan y por supuesto deben tener y otras que no necesitan y no deben tener. De esta forma, se educarán de una manera no egoísta y al final, tendremos una sociedad próspera, en la todos nos entenderemos y no exigiremos tanto, teniendo lo que necesitamos y prescindiendo de lo superficial.
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