Ayer en la oficina, nos llegó un cliente que nos dijo algo que nos fascinó, "hay que vivir con ilusión en lo que haces". Y qué cierto es, cuando alguien hace su trabajo sin ilusión, lo más probable es que las cosas no salgan bien y si lo haces con ilusión, en la mayoría de los casos, las cosas saldrán como deben salir.
Lo malo de la ilusión es que, en muchas ocasiones, por mucha que pongas, siempre vendrá alguien a estropearte el día y eso, suele quitarte la ilusión, pasando a que las cosas no salgan bien.
Pero es cierto que, cuanta más ilusión pongas en las cosas, cuanto más transmitas esa ilusión a los que tienes alrededor, en definitiva, cuanto más contagies tu espíritu, difícilmente, los que estén a tu alrededor, tengan el valor de quitarte la ilusión y por lo tanto, la vida en general, te irá mucho mejor.
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