Hasta que lo tienes a tu cargo y ves que te saca las castañas del fuego cuando hace falta, que sabe de lo que habla en las reuniones, por lo que no te mete en líos,...
Y esto, lo podemos leer, bien como lo hemos escrito, cuando lo tienes a tu cargo, pero exactamente igual, cuando eres su subordinado, ya que ocurre lo mismo, no te mete en líos, porque sabe de lo que habla.
Y es que, un buen jefe, en primer lugar no debe decir nunca nada, de lo que no esté seguro, entre otras cosas, porque no siempre él sabe todo lo que ocurre en un proyecto, tiene una visión mucho más global del mismo, por lo que, si se dedica a dar respuestas a preguntas técnicas, en muchos de los casos, dirá cosas que no son y luego, exigirá que se cumplan, cuando es algo imposible de cumplir.
De ahí que, un buen jefe, intenta estar al día de todo, sin llegar al detalle, pero sabiendo que le pregunten, lo que le pregunten tendrá una vaga idea de lo que se habla, lo suficientemente vaga, como para dar respuestas genéricas, sin fallarlas. Y cuando toca responder a respuestas técnicas, en lugar de hacerlo, emplaza a su interlocutor a hacerlo delante del técnico que corresponda, evitando así, meter la pata.
Así que si, como la mayoría, no habéis sentido así nunca, es que nunca habéis tenido un bien jefe, ni como jefe, ni como subordinado. Y no es de extrañar, porque, como decimos, el nivel de profesionalidad de los jefes en España, es bastante bajo.
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