¡Que locura tenemos ahora con el tema de las calles!
Entre las que hay que cambiar por la memoria histórica o las que van pidiéndose por cualquier motivo que se nos ocurra, vamos apañados. Y es que, si se da nombre a una nueva calle, no hay mucho problema, pero el coste de cambiar el nombre a una calle es tremendo y no sólo para la administración o monetario, también para empresas de mapas (papel o digital) y sobre todo para los que allí viven, en cuestión de cambiarlo todo, recibos, documentación etc... Y sin olvidar, el tiempo que contactar con ellos, vía correo, será un lío, por aquello de tener "dos calles".
Lo hemos dicho siempre, las calles, deben ser nombres genéricos, de manera que cuando se pongan, no ofendan a nadie, ni en el futuro, alguien pueda estar ofendido, pero seguimos empeñados en pedir calles a mártires (que lo serán para unos y para otros no), a "héroes" (que ocurre lo mismo), en definitiva a personas que, como siempre pasa, para unos serán estupendas y para otros no.
Por lo tanto, no cambiemos cosas como esas, que son (y de verdad que para la mayoría lo son) cosas nimias y dediquemos los esfuerzos a pasar páginas, consiguiendo que todos vivamos mejor, respetándonos unos a otros.
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