En muchas empresas, a final de año, se premia a aquellos trabajadores que han hecho algún tipo de esfuerzo, más allá de las labores de su puesto y eso hay que premiarlo. Y hay que premiarlo, primero, para que el trabajador vea reconocido su esfuerzo y segundo, porque al hacerlo, le incentivas e incentivas al resto, en la misma media, para intentar al siguiente año hacerlo mejor.
Pero lo que es importante, cuando das un premio, es hablar con el trabajador y explicar porqué se lo das, de hecho, en nuestra opinión, habría que hacerlo público, de manera que no dé opción a habladurías por parte de otros. Y es que pueden tener premio varios empleados y pensar unos que otros no se lo merecen, sólo porque no saben porqué se lo das a otro. Unos pueden tener un premio por un esfuerzo puntual y otro pueden tenerlo por un esfuerzo en el día a día y que ese premio, se lo merezcan ambos, aunque unos no estén en el esfuerzo puntual y otros, no estén en el día a día.
De cualquier manera, premiar por hacer las cosas mejor, es fundamental para que la empresa crezca y eso, sólo puede hacerse, haciendo balance del año completo y unos buenos últimos metros de carrera, aunque sean al final de año, te pueden dar la victoria, aunque el resto del año haya estado flojo, por lo que se mantiene el incentivo hasta el último día.
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