La tecnología es genial, hace que cosas que hacemos habitualmente, sean más sencillas dejándonos más tiempo para otras cosas. Pero es traicionera, y parte de ese tiempo que nos deja libre, se lo cobra cuando, por razones desconocidas, deja de hacer lo que debe, para hacer lo que no esperas que haga, momento en que te cargarías la tecnología y todo lo que lleva.
Esos fallos, que nos guste o no va a tener, no son más que errores, casi siempre, de programación y salen cuando salen por causas que, quien programó lo que sea, no esperaba que sucediesen, por eso, ni es fácil de determinar el fallo, ni es fácil de arreglar en muchos casos, ya que para simularlo, influyen muchas variables, algunas de las cuales, no seremos nunca capaces de conocer.
Aún así, en muchas ocasiones el famoso "reseteo", nos soluciona el problema, hasta que volvamos a reproducir las mismas condiciones, de manera que el fallo, irremediablemente, saldrá a la luz.
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