Muchas veces, cuando alguien realiza un trabajo, ves que lo va haciendo a su ritmo y sin mayores problemas. Pero por razones varias, en ocasiones, ese trabajo, se lo pasas a otra persona y, después del tiempo razonable de adaptación al mismo, te das cuenta que no rinde al mismo ritmo que la persona anterior y te preguntas, ¿qué es lo que ocurre?
Pues casi siempre ocurre lo mismo, uno estaba bien organizado y el segundo no. La organización, para optimizar un trabajo es fundamental. Y esa organización, pasa por organizar, principalmente, el tiempo. Y es que si no cortas a la gente, si no dedicas tiempo a cada uno de las tareas que tienes en exclusiva, al final, te dedicas a hacer de todo, pero a no acabar nada.
Así que, antes de hacer nada, organízate, divide tu tiempo y no dejes que te tengan como loco con mil cosas, porque no conseguirás sacar rendimiento al trabajo que sacas.
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