Siempre nos quejamos del seguimiento de los proyectos y nos quejamos, no por el seguimiento en sí, que es muy necesario, si no por la cantidad de datos que nos piden rellenar (en casi todos los casos), para poder llevar ese seguimiento.
Por eso, los seguimientos deben ser rápidos y sencillos, de manera que, de un sólo vistazo tengas claro en qué estado está cada fase del proyecto y ese avance sea sencillo de rellenar. Una de las mejores maneras es establecer las fases de cada una de las tareas y, por colores, saber dónde te encuentras. Así lo único que hay que rellenar es el color de cada fase, según esté avanzando.
Sólo si llevas un seguimiento sencillo y fácil de ver, todo el equipo será capaz de actualizarlo y dar la información de manera fidedigna.
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