Cuando a alguien le duele algo y no sólo hablamos del dolor físico, también del dolor emocional, sólo él sabe cuánto y cómo le duele. Por eso, cuando alguno nos metemos a juzgar si a alguien no le hemos hecho nada, para que eso que hicimos le duela, estamos dando por hecho, que sabemos cómo y cuánto duelen nuestros actos.
Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer, es que cuando alguien nos diga que le hemos hecho daño, asumamos nuestra culpa, nos disculpemos, e intentemos enmendar el error, cualquier otra cosa que hagamos, será un error.
Lo malo es que, en general, somos muy orgullosos y sólo vemos nuestro dolor, dejando de lado el dolor de los demás y pensando que nuestras acciones nunca duelen. Así que, por favor, dejar vuestro orgullo a un lado, si queréis ser bien considerados y que, en general, todo el mundo os aprecie.
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