Cuando se pone algo a la venta, hay personas que piensan que está todo muy bien de precio, otros que es muy barato y otros, que es muy caro. A la hora de valorar algo, incluyen muchas cosas, el que vende, siempre piensa que está haciendo un regalo, porque le ha costado conseguirlo y deshacerse de ello, se le hace cuesta arriba, el que compra, sin embargo, depende de para qué lo quiera o depende de su situación económica, le puede parecer muy caro, o muy barato. En definitiva, ante un mismo producto, depende del público, el valor del mismo. Por eso, la manera de regularlo es irse al mercado, para comparar precios de tu mismo producto, o similares, de manera que estés dentro del mercado y no te lo comas con patatas.
Así que, a la hora de vender algo, estudia mucho el mercado y pon un precio acorde al mismo, tendrás gente que estará encantada y gente que nunca te comprará, pero ese estudio es el que tienes que tener hecho, para dirigirte al público que quieres y sé consecuente. Quedarás mucho peor, si bajas el precio cuando ves que no vendes lo que pretendes, ya que los clientes que hayas ganado, se sentirán engañados, que si lo mantienes y los clientes están contentos, ya que te traerán más.
Estudia el mercado, busca tu nicho y ¡a por él!
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