Cuando vas a vivir a un sitio, lo normal (al menos eso pensamos), es que mires la zona, si te gustan los servicios que tiene, si hay mucha naturaleza o poca, si hay ruidos o no, en definitiva, si nos gustaría vivir allí o no.
Pero al parecer, no lo hace casi nadie. La mayoría, mira si están bien las habitaciones, si le gusta la cocina, si hay servicios básicos cerca y poco más. Luego cuando van a vivir allí, empiezan las quejas, que si hay ruido, que si tiene al lado una fábrica de café, que si hace frío o calor y entonces, por alguna extraña razón, quien que el entorno se adapte a él. Vamos, como decimos en el título de la entrada, compran la casa, que sería el coche que les gusta y empiezan a pedir extras, más árboles, menos ruido, sin colegios cerca, con recogida de basura los lunes a las 17:32, que es cuando me viene bien bajarla, en definitiva, que nuestro entorno, se adapte a nuestros gustos, sin importar si nuestros gustos, van en contra de los gustos de otros.
Y claro, empiezan los choques entre vecinos, los más antiguos que qué se creen los nuevos, y los nuevos, que estos antiguos, no saben lo que es bueno. En definitiva, el egoísmo, como siempre, acaba con la convivencia de mala manera.
Así que seguir nuestro consejo de siempre, antes de hacer cualquier cosa, pensar bien lo que queréis y buscarlo, no intentéis encontrar algo y luego que todo cambie a vuestro gusto, porque eso, no funciona. Como hemos querido simbolizar en la imagen de la entrada, hay tantas opciones, como personas en el mundo, por lo que es imposible que todo, le guste a todos.
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