En muchas ocasiones, hay jefes que, como decimos en el título, se sienten abatidos. Y se sienten abatidos, porque aunque a sus empleados intentan tratarles con el máximo respeto y cariño que pueden, cuando necesitan que den el do de pecho, entonces éstos se arrugan y le dicen que "no van a decir a todo que sí".
Pero, ¿a qué suelen decir que sí los empleados? Pues casi siempre, a aquello que nos les importa hacer, e incluso, que les gusta hacer, por lo tanto, a nuestro modo de ver, no les cuesta trabajo. Y claro, en el momento en que les mandan algo que no les gusta o no quieren hacer, por imposición, entonces se enfadan y responden de malas formas, ya que "no van a decir a todo que sí".
Y los jefes a los que les ocurre eso, casi siempre saben qué es en lo que un empleado, le dirá que no, porque cuando tratas bien a tus empleados, por norma general los conoces como la palma de tu mano y sabe a qué te van a decir que sí y a qué te van a decir que no. Pero claro, hay veces que, como jefe, tienes que tirar de galones y obligar a hacer algo que no quieren, que es cuando se enfadan. Una vez más, se demuestra el egoísmo de las personas, tienes un jefe que te trata bien y cuando de verdad te pide algo, que sabe que no quieres hacer, pero cree que debes hacerlo, entonces le pones problemas, lo que está fatal por tu parte.
Al final, de esto también se trata en el trabajo en equipo, de hacer lo que nos gusta y a veces, lo que no nos gusta, pero no de hacer lo que nos gusta y enfadarnos cuando nos mandan lo que no nos gusta. ¿Es simple no?
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