Seas el dueño, el presidente, el director o el último mono en una empresa, si quieres que las cosas funcionen debes facilitar las cosas a todos tus compañeros, esto es, ayudarles. Y para hacer eso, sólo tienes que tender tu mano y esperar que la cojan.
Habrá mucha gente que la rechace, pero la gran mayoría no lo hará y ese tendido de mano, te será devuelto con creces. De hecho, no sólo en el ámbito empresarial funciona, también en cualquier faceta de la vida, todo lo que des, lo vas a recibir con creces. Así que, aunque sólo sea por el egoísmo que nos caracteriza, deberíamos tender esa mano.
Y si no te lo crees, prueba, verá como funciona siempre.
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