Hace unos días hablamos de las hipotecas y de cómo por mucho que influya un gobierno en los impuestos a las empresas, éstas no van a perder dinero, por lo que las subidas serán trasladadas a los clientes y las bajadas, los clientes no las verán repercutidas. Por eso, cuando de repente entres en una web, en la que grandes marcas tienen unos descuentos brutales, desconfía.
Y debes desconfiar, porque los descuentos no llueven del cielo, son precios que las empresas ponen para eliminar un stock, pero nunca perdiendo dinero, por lo que si en la web oficial el descuento es de un 10 o un 15 por ciento, una web que te dé lo mismo, pero con un 50 u 80 por ciento de descuento, tiene muchas posibilidades de ser un timo.
Y claro, muchos de los que compran convencidos de la buena compra que es, luego se dan cuenta que el producto no llega, que lo que llega es una falsificación, que te crujen en aduanas, en definitiva, que como dice el refrán, "nadie da duros, a peseta". Un refrán que los más jóvenes igual ni conocéis, pero que traducido a euros, podría ser "nadie da cinco céntimos, a un céntimo".
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