Cuando se llega al puesto de director general, eres la persona con máxima responsabilidad dentro de la cadena de la empresa y por lo tanto, en los momentos complicados, donde todos tienen que remar en una dirección (y en muchas ocasiones a toda velocidad), es cuando se debe estar ahí manejando el timón.
Pero para muchas personas, ese cargo, piensan que es como cualquier otro y por lo tanto, pueden delegar en momentos de urgencia su responsabilidad en cualquier otro. En nuestra opinión, no es así, ya que se pueden delegar cosas menores o sectoriales, pero cuando el proyecto general de la empresa se ve amenazado por algo que hay que cumplir, quien tiene que estar al frente es el máximo responsable y no debería delegarse.
Y os contamos esto en estas fechas, porque sabemos que, con el nivel de dirección que tenemos, muchas personas con altas responsabilidades, abandonan su puesto para disfrutar de las fiestas, dejando el peso de temas de cierre de año en personas que no deberían aguantar ese peso y por lo tanto, de salir bien, quizá deberían sustituir al que huyó de su responsabilidad.
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