Cuando un equilibrista está en la cuerda floja, sabe perfectamente la tensión que tiene la cuerda, la longitud que tiene, el tiempo que tarda en cruzar al otro lado, en definitiva, dentro de lo complicado que es, se tiene claro como hay que hacerlo y todas las variables están, más o menos controladas.
Pues en el día a día de un trabajo, es como estar en una cuerda floja, en la que no sabemos su tensión, no sabemos que distancia tiene, ni el tiempo que tardaremos en llegar al otro lado, tan es así, que en muchos casos, cuando estás a un paso del final, puede que se alargue un poco, que en mitad del camino se destense, o bien que donde pensabas tardar dos horas, sean tres días y es que hay muchos factores alrededor, que hacen que todo varíe en cada momento.
Así que el día a día en un trabajo (casi cualquiera), es complicado y cuando mejor equilibrista seas, mejor conseguirás salvar el día, para salir airoso del mismo.
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