Cuando alguien quiere hacer algo, si le dicen que no, su obligación es ver cómo podría darle la vuelta, analizando todos los resquicios que le hayan dejado, para volver a intentarlo. Es cierto que puede llegar un momento en que no se pueda hacer nada, pero que sea, porque todas las fisuras que habías encontrado están cerradas.
Y claro, para que hacer eso, como decimos en el título, hay que "romperse la cabeza". Y es cierto que en muchas ocasiones tendremos que conformarnos con la negativa, pero hay otras muchas, en las que hay algún hueco, en lo que nos han dicho, por el podemos volver a intentarlo.
Y por último, cuando eres tú el que dices que no, si ves algún resquicio, dáselo y que piense por ti, porque te puede ser útil, pero si no lo quieres, por la razón que sea, cierra completamente la puerta, para que no vuelvan a preguntarte, es lo mejor que puedes hacer.
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