Hace tiempo os hablamos del "Miedo al fracaso" y de lo importante que es no tenerlo, para poder hacer cosas y no quedarnos en el "y si hiciera...". Ahora bien, es cierto, que para emprender no tienes que tenerle miedo, o nunca emprenderíamos, pero ¿y cuando no te dan opción?
Y es que, en los trabajos, muchas veces no te dan opción, te mandan hacer algo, sobre lo que no tienes ni idea y encima, pretenden que lo hagas con calidad, algo completamente incompatible. Y claro, en esas situaciones, el "Miedo al fracaso" es bastante más complicado de esquivar, porque tienes claro que lo que tienes que hacer, no sabes hacerlo y además, lo quieren con calidad.
Nosotros, como ya vais conociendo, no nos gusta achantarnos y si nos mandan algo desconocido totalmente, intentaremos hacerlo lo mejor posible, pero tenemos claro que lo que al que nos mande algo así, le dejamos desde el principio muy claras dos cosas, la primera que no tenemos ni idea y la segunda, que no espere maravillas. Si aún así, sigue empeñado en ello, lo haremos como podamos y en caso de queja, nos remitiremos al aviso que le dimos.
Así que, con ésta actitud, aplacamos el miedo al fracaso, ya que sabemos la posibilidades de fracaso que tenemos y lo que es más importante, el jefe también (o al menos, se lo hemos dejado claro).
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