En muchas empresas, para ahorrar costes, en lugar de planificar y hacer despidos con cabeza, se dedican a sacar la calculadora, ver cuánto hay que ahorrar y sacar de la empresa una masa suficiente de personal, que les permita paliar ese dinero que necesitan ahorrar. Y en cierto modo, parece que no hay otra forma de hacerlo.
Pero en nuestra opinión, hay que evaluar muchas otras cosas, como la experiencia que se pierde y que será difícil recuperar, las horas de aprendizaje de los que tengan que hacer las funciones de los que salen, en definitiva, no sólo es ahorrar, es ver si es posible suplir esas salidas con efectividad.
Y dicho ésto, en un despido para recortar gastos en una empresa, a parte de saber cuánto hay que recortar, cuánto nos cuesta echar a las personas de las que vamos a prescindir, tenemos que hacer el balance del conocimiento y con todo ello, quizá, aunque nos cueste un poco más caro, a veces hay que echar a alguno más veterano y acomodado, que ya no aporta tanto a la empresa, como alguien que lleve algo menos y sea más barato echar, pero sin embargo está más al día en lo que nos interese. De hecho, no siempre los más veteranos serán capaces de hacerse con las riendas de algo, que ya está rodando y puede que, a la larga, te hagan perder dinero.
En definitiva, como hemos dicho antes, no todo es coger la calculadora y calcular, hay muchos intangibles que son muy importantes y que tenemos que valorar y no siempre lo hacemos.
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