Hoy en día, es difícil ver a un grupo de amigos tomando algo y que no esté alguno (si no todos), mirando el móvil. Y es que, los teléfonos nos han traído muchas cosas buenas, pero con ellas, ha venido la absoluta esclavitud hacia ellos.
Si te dejas el móvil en caso, raro es aquel que no vuelve a por él. Las reuniones de trabajo, ya se hacen más por teléfono en las conferencias entre varios, que en una sala discutiendo cara a cara. En definitiva, que todo pasa por el teléfono y estamos sometidos a ellos, donde tenemos las redes sociales, el despertador, los mapas y un sin fin de cosas que cada uno organiza e instala a su antojo.
Así que, intentar pasar un poco de los teléfonos, porque hemos vivido muchos más años sin ellos que con ellos, y disfrutar de la vida tal cual, que al final, por contar en una red social algo, lo vemos con las vista del móvil y nos perdemos lo más bonito que es con la vista de tus ojos.
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